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Che, amigos, aca les paso unas palabras q qescribio la esposa de un chango del club. Me hicieron emocionar, asi q pense q seria lindo compartirlas, previo pedido de permiso a la Gringa. Aca van:
La opinión de la Gringa.
Toro:
Me hubiesen preguntado años atrás cual era mi opinión sobre el Torino, mi respuesta hubiera sido un coche común como todos los demás, que nos lleva al Super, también de vez en cuando salimos a dar una vuelta por las cercanías de Carlos Paz, y que es el medio de movilidad que mi marido (Jorge) tiene para ir a trabajar, etc. Por supuesto, mi opinión todo lo contrario al sentimiento de Jorge por su famoso coche “El Toro”.
Recuerdo el verano del año 2001, nos invitan a un encuentro de losTorino que se realizaba aquí en Carlos Paz. Tenía que exponer su “Toro” y ahí fue, yo no quise, mi excusa fue ¡que voy a hacer ahí que no conozco a nadie! Asistió Jorge a dos o tres encuentros más, volvía muy feliz, contándome lo bien que lo había pasado. Me entusiasmó, y a la siguiente reunión me uno a ellos, que ya iba conociendo por Jorge. Me presenta al Presidente, Roberto, y Patri, su señora, más tarde los demás integrantes, que conformaban ya el Club Torino Córdoba. De a poco fue creciendo y yo conociendo gente nueva. Nos juntábamos el segundo domingo de cada mes (lo seguimos haciendo ya hace 7 años) pero con un fin, no solo para comer asado, sino haciendo obras de beneficencia, llevando en lo posible ayuda a quienes necesitan, y todo el grupo comparte con tareas solidarias, esto nos fue uniendo cada vez más, hoy podemos decir que somos una gran familia que nos reunimos una vez al mes. Nuestro lema: “Juntos en las buenas y en las malas”¡firmes los Torineros!
Gracias a toda la gente del Club Torino Córdoba, con nuestros Torinos recorrimos varios lugares por invitación de Clubes, Intendentes y amantes de los fierros, estuvimos en La Falda, La Cumbre, Cosquín, Santa María de Río Seco, Oncativo, Villa María, Bell Ville, Leones, Rio III, Villa General Belgrano, Colonia Caroya, Jesús María, Tucumán, Cafayate, etc por nombrar algunos lugares (no olvidemos Carlos Paz). De más está decir lo emocionante que es ver pasar estos coches en caravana, con sus bocinas estridentes, los escapes al rojo vivo, que la gente mira embelesada, saluda a los “monstruos” a su paso, que no pueden negar son verdaderas joyas de Industria Nacional. Así transcurren los días, años, y por qué no decir, la familia Torinera necesita reunirse más de una vez al mes, por eso festejamos nacimientos, comuniones, cumpleaños, fiestas de graduación. Felicitaciones a nuestro querido Negro ¡que ya tiene una hija Cabo! Ya ven, ayer nacimientos, hoy nuestros hijos se nos van de la mano ¡cuanto hace que estamos! Vemos pasar el tiempo pero junto a ellos, nuestros Toros, manejando. Hace tiempo no muy lejano, dos de los Torinos quedaron dormidos para siempre en sus respectivas casas…sus ocupantes viajaron al cielo, Dios los esperaba; gente buena que le hacía falta…El Toro también se vistió de luto, hizo su caravana en silencio, sin bocinas ni escapes ensordecedores, pero sus desorbitados ojazos blancos acompañaron a nuestros amigos hasta su última morada.
Por todo esto y mucho más quiero al Toro, porque conocí tanta gente buena, honesta, sencilla, solidaria, aprendí a valorar la amistad, todos unidos con defectos y virtudes. Gracias a ustedes, a mi marido, nunca me arrepentiré de haberlos conocido y compartir todos los encuentros ¡CON MIS AMIGOS!
Ahora les cuento de nuestras aventuras con el Torino. A Jorge le dan sus merecidas vacaciones; quince días antes lo lleva para revisar los frenos, tren delantero, cambio de aceite, etc. Ya esta en el garage, inquieto, la hidrolavadora se encarga de tranquilizarlo y lavarle bien la cara, que luego seca Jorge, lo lustra, dejándolo resplandeciente para emprender el viaje. Y el Toro salió a lucir su silueta por Mendoza, San Luis, Cataratas del Iguazú, Catamarca, Los Valles Calchaquíes, Tucumán, Salta, San Antonio de Los Cobres, Tren de las Nubes, Jujuy y la Quebrada! Kilómetros y kilómetros, el Toro sube y baja montañas, pasamos por Yacuiba (Bolivia), Tarija, Sucre, Potosí, Villazón, La Quiaca, Santa Cruz de la Sierra, Cochabamba, La Paz, Copacabana, cruzamos a Perú con su “Machu Pichu”, Chile con su azulino mar y miles de pájaros en bandada, cruzó Los Andes nevados, el rezongar de su motor y escapes era lo único que se escuchaba al serpentear la Cordillera brava; de repente nos encontramos en el medio de la nada ¡el Desierto de Atacama! Llano el camino sin fin, la cinta asfáltica era el descanso merecido al pobre Toro que en alta velocidad se deslizaba. Llegamos a la cuesta De Lipan, sólo un zumbido que tronaba, curva contra curva, así 38 km en bajada, impresionantes precipicios, trepadas y bajadas, cruzó valles, ríos, montañas empinadas y por cierto hasta el mismo lago Titicaca. Era un Toro bravío con corazón de acero, valiente y erguido en su estampa, 20.000 km. recorridos ¡y ninguna nana! Al taller no lo conoce, para qué llevarlo si no hizo falta. Ya en un día soleado llegamos a las salinas, resaltaba su negra figura en la sal tan blanca, parecía un águila inmensa, dispuesta a desplegar sus alas para regresar a su patria tan ansiada. A pocos kilómetros en ,la noche oscura clava sus “cuatro patas”; sus dos ojos inmensos un cartel alumbraban ¡Argentina!¡su mamá! Mucho tiempo lo llevó en su entraña hasta que un puñado de hombres cordobeses lucharon para que nazca, con orgullo para nosotros, con temor para Alemania.
Te pido perdón Toro, masa de fierro con corazón y garras, no supe valorarte; mi opinión hoy…te queda chico el “Toro de las Pampas”; quisiera ser fuerte, llevarte en andas y gritar con orgullo ¡como el Torino, todavía nada!
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